Rodilla


Es un síntoma común en personas de cada una de las edades. Puede empezar repentinamente, constantemente luego de una lesión o de ejercicio. El dolor de rodilla además puede comenzar como una molestia leve y después agravar lentamente.
Causas
El dolor de rodilla puede tener diversas razones. Tener sobrepeso puede ponerlo en más grande peligro de inconvenientes de rodilla. La utilización desmesurada de la rodilla puede desatar inconvenientes en ella que ocasionan dolor. Si usted tiene precedentes de artritis, aquello además podría provocarle dolor en la rodilla.
Síntomas
La localización y magnitud del dolor de rodilla puede variar de acuerdo con la causa del problema. Los signos e indicios que algunas veces acompañan el dolor de rodilla son:
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Inflamación y rigidez
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Enrojecimiento y temperatura al tacto
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Agotamiento o inestabilidad
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Sonidos de chasquidos o crujidos
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Inviabilidad de enderezar del todo la rodilla
Complicaciones
No todos los dolores de rodilla son graves. Pero algunas lesiones de rodilla y patologías, como la artrosis, tienen la posibilidad de ocasionar más dolor, males articulares y discapacidad si no se tratan. Y tener una lesión de rodilla, aunque sea de escasa importancia, provoca que sea más posible que sufras lesiones semejantes en el futuro.
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Factores de riesgo
Hay varios factores que tienen la posibilidad de incrementar el peligro de sufrir inconvenientes de rodilla, entre ellos:
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Sobrepeso. Tener sobrepeso u obesidad se incrementa la exigencia sobre las articulaciones de tus rodillas, inclusive a lo largo de ocupaciones habituales, como caminar o subir y bajar escaleras. Además, se incrementa el peligro de artrosis al apresurar la separación del cartílago articular.
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Falta de flexibilidad o fuerza muscular. La carencia de fuerza y flexibilidad puede incrementar el peligro de lesiones en las rodillas. Los músculos fuertes ayudan a estabilizar y defender las articulaciones y la flexibilidad muscular puede contribuir a conseguir una amplitud completa de desplazamiento.
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Determinados deportes y actividades. Ciertos deportes suponen más exigencia a tus rodillas que otros. El esquí alpino, con las botas de esquí rígidas y las potenciales caídas, los saltos y giros del básquetbol y el efecto repetido que absorben las rodillas una vez que corres o trotas incrementan el peligro de lesiones en las rodillas. Los trabajos que necesitan esfuerzo reiterado en las rodillas, como la obra o el cultivo, además tienen la posibilidad de incrementar el peligro.
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Lesión previa. Tener una lesión de rodilla anterior provoca que sea más posible que te vuelvas a lastimar la rodilla.
Recomendaciones
Si bien no siempre es posible prevenir el dolor de rodilla, las próximas recomendaciones tienen la posibilidad de contribuir a prevenir lesiones y el deterioro de las articulaciones:
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Mantén un peso adecuado. Mantén un peso saludable; es una de las mejores cosas que puedes hacer para las rodillas. Toda peso extra implica presión adicional sobre las articulaciones y aumenta el riesgo de lesiones y artrosis.
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Mantente en forma para practicar deportes. A fin de preparar los músculos para las exigencias del deporte, tómate tiempo para el acondicionamiento. Trabaja junto con un coach para afirmar que tu técnica y desplazamiento sean lo más correcto viable.
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Ejerce a la perfección. Ten en cuenta que la técnica y los patrones de desplazamiento que utilices en tu deporte o actividad sean lo más correcto.
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Gana fortaleza, mantén la flexibilidad. Ya que el agotamiento muscular es la principal causa de las lesiones de rodilla, te beneficiarás de fortalecer los cuádriceps y tendones de la corva, que sostienen las rodillas. El entrenamiento para mejorar la estabilidad y el equilibrio ayuda a que los músculos que rodean las rodillas trabajen ligados con más efectividad.
Acude a tu médico si:
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No puede soportar peso en la rodilla.
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Presenta un dolor intenso, incluso cuando no está soportando peso.
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La rodilla se dobla, produce un chasquido o se bloquea.
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Su rodilla aparece deforme o desfigurada.
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No puede flexionar su rodilla o tiene dificultad para estirarla completamente.
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Presenta fiebre, enrojecimiento o calor alrededor de la rodilla o mucha inflamación.
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Tiene dolor, inflamación, entumecimiento, hormigueo o coloración azulada en la pantorrilla debajo de la rodilla adolorida.
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Aún tiene dolor después de 3 días de tratamiento en el hogar.